Terminamos un mes fantástico en Zahara de los Atunes. Los fabulosos días de playa que nos ha regalado este mayo primaveral sin duda han ayudado a que así fuera, aunque nada comparable con el gran acontecimiento que un año más se ha celebrado: la Ruta del Atún, que este año ha cumplido su VIII Edición.
Así, un nuevo renglón en la historia de Zahara de los Atunes ha sido escrito, pues el origen de este paraíso terrenal no se explica sin el producto estrella en torno al cual ha girado la evolución no solo de Zahara, sino de toda la zona de La Janda y de la provincia de Cádiz: el atún rojo.
La Ruta del Atún que ha dado lugar este mes de mayo no es sino otro renglón en la historia de Zahara de los Atunes, lugar ligado al atún desde sus orígenes.
Pero antes de pasar a contar parte de la historia que relaciona Zahara de los Atunes con el producto estrella del Atlántico, no podemos dejar de mencionar el premio recibido por ‘Zokarrá, by Colores’, restaurante ubicado en la planta baja de Colores de Zahara y ganador del premio del jurado a la tapa más original en la VIII Ruta del Atún. ¡Enhorabuena a sus creadores, Peter Alexander y José Javier Álvarez!
Aquí os dejamos el vídeo de la tapa, ‘Abstractún’. ¡Sacará vuestro lado más salvaje!
UN POCO DE HISTORIA ‘ZAHARATUNERA’
Las primeras muestras que vinculan la zona de Cádiz con el atún datan ni más ni menos que del Paleolítico. Así al menos lo demuestran, entre otras cosas, las pinturas rupestres de la Cueva de Atlanterra, un lugar situado a pocos minutos en coche del Hotel que los visitantes de Zahara no deben perderse si quieren ahondar un poco más en las raíces originarias de este lugar.
Un interesante artículo de Zaharadirect nos cuenta que fueron los tartesos y los fenicios los que empezaron a acuñar las primeras monedas con el símbolo del atún grabado. Ya en el año 205 A.C., Gadir (Cádiz) pasó a ser aliado de Roma hasta la decadencia del imperio, en el Siglo II D.C. Fueron años en los que la vida en la zona giró en torno al atún, tal y como se refleja en las ruinas romanas de Baelo Claudia, en Bolonia, situadas a 35km de Zahara de los Atunes.
En el 911 la historia dio paso a los árabes en la península durante nueve siglos; un tiempo en el que la pesca del atún perdió importancia en la zona, pese a haberse acuñado la palabra ‘almadraba’, usada hoy día para referirse al método de pesca tradicional del atún rojo, el cual data de la época prerromana y significa «lugar donde se golpea y lucha».
La pesca de la almadraba es la única que sigue vigente hoy día en Zahara de los Atunes. Un método natural y sostenible que aprovecha la migración de los atunes desde el Círculo Polar Ártico hasta el Mediterráneo, donde llegan a desovar. Esta ruta les obliga necesariamente a pasar por el estrecho de Gibraltar, donde las redes de las almadrabas están dispuestas no muy lejos de la orilla, y los atunes forzados a nadar en esa dirección amenazados por las orcas, que cada año visitan estas aguas para alimentarse del mismo manjar que nosotros: el atún rojo.
Siguiendo con la historia, la expulsión de los árabes de Andalucía hizo que estas tierras fueran dadas a algunos nobles cristianos, entre ellos Guzmán el Bueno, quien en 1295 consiguió un privilegio de explotación de varias almadrabas de la zona, entre ellas la de Zahara de los Atunes. Con el título de «Señor de las almadrabas de la coste de Andalucía», la Casa de los Guzmanes, ostentando asimismo el título de Duques de Medina Sidonia, se vieron obligados a construir un castillo para defender la almadraba de Zahara en el siglo XVI, dando lugar a lo que hoy se conocen como ‘las ruinas de la muralla’, lugar donde cada verano se ubica un mercadillo de puestos de artesanos, lleno de vivos colores y productos únicos.
En este antiguo recinto amurallado se trabajaba el atún capturado, guardaban y reparaban los barcos de pesca y se ubicaban ‘las chancas’, estas últimas lugares de preparación de salazones de atún. Poco a poco, los trabajadores del castillo fueron construyendo sus casas alreadedor de las murallas de éste. Buen ejemplo son las llamadas ‘chancas propias’, hogares de los trabajadores de la chanca que también fueron las primeras casas que dieron origen al pueblo de Zahara de los Atunes que conocemos hoy día.
Las llamadas ‘chancas propias’, hogares de los trabajadores de la chanca que también fueron las primeras casas que dieron origen al pueblo de Zahara de los Atunes que conocemos hoy día.
¡Y es que la historia de Zahara no podía ser de otra manera! El atún trajo prosperidad a esta zona y forjó una cultura que pervive en la actualidad. Son eternos compañeros de viaje, y nosotros afortunados por ser testigos de una relación inquebrantable que ni el paso del tiempo ni la mano de los hombres sabios han destruido.
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